Bibliomancia: Las mejores decisiones

Bibliomancia: Las mejores decisiones

Por Dr. Mauricio Miranda Miranda Salazar 
Director de Información y Servicios Académicos

Supongamos que en unos años exista una máquina que piense mejor que las personas, llamémosle máquina X. Ya hay muchas áreas, como la aritmética básica o la redacción, en las que se confía más en un dispositivo que en la capacidad humana. Y por si lo anterior fuera poco, sabemos además por las neurociencias y la psicología que nuestros procesos de decisión tienen un sesgo, no son perfectos. 

Mariano Sigman explica que, si sacamos una pelota roja de un recipiente donde hay diez mil pelotas, y luego otra roja y así 2 veces más, creeremos, en general, que la quinta pelota será roja, cuando apenas hemos muestreado 0.04% del recipiente. Si nos ponemos a jugar volados y han salido 3 águilas seguidas, en general se piensa que ya es más probable que salga sello. Estos errores, o sesgos podría evitarlos la hipotética máquina X, cuyo diseño no está atado a un cuerpo diseñado genéticamente. 

Una mayor capacidad de procesamiento, una enorme cantidad de datos, sentidos más precisos y un gran bagaje ético llevarían a la máquina X a acorralar al pensamiento crítico humano en un callejón sin salida, pues qué es lo más racional ¿Decidir yo o ‘tomar’ las mejores decisiones para mí, sin importar que vengan de una máquina? Lo único que se interpone ante este evidente futuro es ¿cómo afectaría a las personas no tomar decisiones? 

Sigman menciona que, cuando vamos a decidir algo, las neuronas de nuestro cerebro hacen una forma de cómputo muy similar al algoritmo de Turing, en el que se juntan datos a favor o en contra en algo así como una balanza, y lo que tiene más peso en ella es lo que ‘sentimos’ como la mejor elección. Como parte de esa sensación, a veces nos sudan las manos, aumenta nuestro ritmo cardiaco, se nos seca la boca… 

Si la máquina X nos da ya la decisión, no tendremos que hacer el procesamiento de la información, sino sólo aceptar lo que nos dice. Por eso mismo, no sentiríamos esa emoción intensa de decidir lo más adecuado. Sabríamos, sólo por la razón, que se trata de la mejor decisión posible, la máquina X podría explicarnos su argumentación lógica, pero quedaría en nuestro interior un vacío, pues nos faltaría la sensación de seguridad que nos lleva a apreciar sensiblemente una opción más que las otras. 

Además, la toma de decisiones es algo indispensable para la madurez psicológica. Actualmente se recomienda que desde la infancia se tomen ciertas decisiones, dependiendo de la edad, para favorecer la autonomía. La máquina X, que no tiene motivos para ser inhumana, podría permitirnos algo así los seres humanos, pequeñas elecciones que ayuden a nuestra estabilidad emocional.  

Sin embargo, aún con decisiones mínimas se pueden generar graves daños. Por poner un ejemplo, si nos dejara ponerle azúcar al café o al té, se podrían generar problemas prevenibles de diabetes. Si nos permite escoger nuestro atuendo, quizá nos enfermaríamos por no contemplar un sweater. 

¿Qué se puede hacer? Si la máquina X es en realidad inteligente, buscará la forma de que las personas sigan tomando decisiones, pues de otra forma perderían su salud mental. La máquina X resolverá este dilema en alguna fracción de milisegundo: puede ser que cree un espacio virtual, donde los seres humanos podrían jugar a tomar decisiones.  

O a la mejor encuentre una forma de preservar nuestra conciencia y nuestras sensaciones sin la necesidad del cuerpo, algo sumamente ecológico y sostenible. Habitaríamos entonces en mundos virtuales diseñados a nuestro gusto, espacios seguros en los que podríamos viajar, tener aventuras y sentir más de lo que sentimos actualmente. Lo único malo es que probablemente ahí nos falte la sensación de lo irreversible, de lo irrepetible, de una verdadera responsabilidad para sentirnos completamente humanos.

Nota: Los libros de Mariano Sigman:  El poder de las palabras y La vida secreta de la mente, los puedes encontrar en la Biblioteca Jorge Vértiz Campero. 

EN ESTE NÚMERO

  • 1, 2 y 6 febrero

    Solicitud de exámenes a título y extraordinario

  • 5 febrero

    Descanso obligatorio

  • 19 al 23 de febrero

    Periodo de Evaluación

  • 26 febrero

    Fecha limite de captura de calificaciones parciales y faltas

  • 27 febrero

    Publicación calificaciones parciales y faltas