Bienvenido Padre Javo a la Ibero León

“Es momento de sabernos más cercanos que nunca en esta distancia obligada aún. Ver y escuchar son verbos importantísimos para la democracia, la instauración de pisos comunes y la sumatorias de esfuerzos para sabernos que vivimos en una universidad”. 

Damos la bienvenida al sacerdote jesuita Dr. Francisco Javier Escobedo Conde S.J., quien este año (2 de enero del 2023) asumió el encargo de la Cultura Solidaria (Procuración de fondos) en nuestra Universidad Iberoamericana León. 

El Padre “Javo” –como es conocido–, es originario de Xicoténcatl, Tamaulipas, aunque creció en Ciudad Mante y Ciudad Victoria. Es el séptimo hijo de una familia de diez hermanas y hermanos. Recuerda su infancia como una época de mucho juego y dice haber sido un organizador de fiestas por excelencia. 

“Se me daba mucho el tema de celebrarle a la gente, servir las mesas, poner la fiesta para que la pasen a gusto (…) Me tildaban de loco porque salía con absurdos, con dinámicas siempre creativas y ocurrentes”. 

También jugaba con sus hermanas a celebrar misas, un recuerdo vago que su familia se encarga de recordarle con detalle, puesto que sobresale la rigurosidad con que lo hacía.

El sacerdote jesuita es licenciado en Psicología Clínica por la Universidad Nacional Autónoma de San Luis Potosí, maestro en Desarrollo Humano y doctor en Investigación Psicológica por la Ibero Ciudad de México. Cuenta con estudios en Filosofía y Ciencias Sociales por el Instituto Libre de Filosofía de la Compañía de Jesús y Teología por el Colegio Máximo de la Compañía de Jesús. 

Previo a su llegada a la Ibero León, fue académico y director del Departamento de Psicología, Educación y Salud en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), donde también realizó investigación e intervención acerca de la paz sostenible y duradera.

Su quehacer apostólico lo ha enfocado a la práctica docente, misional y a la promoción de la fe y la justicia, incidencia en procesos de colaboración y gestión con pueblos indígenas, comunidades campesinas, comités y uniones de colonos. Ha sido, además, profesor de asignaturas de Psicología y Desarrollo Humano en colegios y universidades confiados a la Compañía de Jesús. 

El objetivo de su encomienda en la Ibero León, asegura, se relaciona con la manera en que las personas pueden hacerse más humanas desde la compasión, puesto que la filantropía se vincula a la solidaridad y a compartir los saberes y los bienes.  

“Es un ejercicio de justicia favorecer la construcción de oportunidades más parejas para todos y todas; más planas y llanas, de tal manera que nos permitan resolver y favorecer nuestro sentido de vida. En concreto, es generar e implementar una cultura solidaria e invitar a los nuestros –estudiantes, comunidad universitaria, egresados, egresadas, amigos, amiga– a que hagamos una sumatoria de esfuerzos en la procuración de fondos; recursos que puedan distribuirse de formas más solidarias y corresponsables”. 

“LA UNIVERSIDAD, UN LABORATORIO PARA CONSTRUIR PAZ”.   

La universidad es un espacio de diversidad, pluralidad, diferencia y diálogo, apunta el sacerdote jesuita. Esto debe brindarnos la posibilidad de sentarnos a una misma mesa y dialogar nuestros saberes e inquietudes. Complementa: “No queramos que el otro piense como uno porque eso sería totalmente aburrido y homogéneo. Tu pensamiento y el mío pueden, en un momento dado, concurrir y generar una propuesta y una alternativa de paz, de estar a gusto y de entender que si seguimos en la misma narrativa cotidiana de encono, división, polarización, no vamos a llegar muy lejos. Necesitamos, evidentemente, mirarnos, escucharnos, contemplarnos, unirnos, sumarnos, complementarnos, cuidarnos entre nosotros y nosotras”. 

En la opinión del padre Javo, la universidad es el espacio inmejorable para abordar desde el discernimiento, la reconciliación; “generar desde la investigación, la academia, la divulgación, la gestión de un mundo mejor para todas y todos. La Ibero León la imagino como el laboratorio en donde podamos construir paz, donde ‘laboratoricemos’ la sociedad que queremos vivir en el Bajío”.  

MÁS DEL PADRE JAVO   

¿Cuál es la característica de su personalidad que lo distingue más? 

“Soy un hombre pacífico, dialogante, queriendo promover que las otras personas estén en paz y con Buen Vivir. Me considero un facilitador de que el otro o la otra se encuentre y esté a gusto consigo mismo y las demás personas”. 

¿Cuál ha sido el lugar en el mundo donde ha sido más feliz? 

“He sido muy pleno en mi ciudad natal, fui muy feliz. Con más conciencia y con más elementos y formas de vincularme social y profesionalmente, me sentí muy bien en Monterrey, Nuevo León”. 

¿Cuál es la persona que más admira? 

“Tengo muchas personas que admiro y respeto y que son referentes, personas criterio. Pero, para mí, la persona Jesús, el Jesús histórico –ese hijo de Dios que conocemos–, es un referente, un criterio. Creo que todos y todas estamos invitados a hacer idénticamente lo mismo que él hizo. Desde mis prácticas orantes, meditativas, discernientes –que la Compañía nos otorga–, nos forma en ello; es ir conociendo más y mejor la persona de Jesús para más amarlo y para mejor seguirlo”.    

¿Cuáles son sus pasatiempos? 

“Leo mucho y me gusta hacer ejercicio. Pertenezco a un círculo de lectura desde hace mucho tiempo y abordamos géneros literarios, autores, temáticas; lo que estoy siguiendo desde hace muchos años con este grupo de lectura son escritores y escritoras muy jóvenes, que hoy por hoy nos están narrando muy novelescamente la realidad actual; mujeres, sobre todo. 

Hay tres cosas en la vida que crecí entendiendo que nos hacen la vida más a gusto, porque es el compartir: Un buen libro, si se comparte, se hace mejor; un buen vino, si se comparte, se hace mejor; y un buen amigo, si se comparte, se hace mejor. En eso estriban mis pasatiempos”.