El papel preventivo de la microbiota intestinal en la Enfermedad de Parkinson

El papel preventivo de la microbiota intestinal en la Enfermedad de Parkinson

El Parkinson es un tipo de trastorno de movimiento y es la segunda forma más común de neurodegeneración (proceso que implica la degeneración progresiva y/o la muerte de las neuronas) después del Alzheimer, generalmente se presenta durante los 55 y 65 años, su prevalencia incrementa conforme aumenta la edad, llegando incluso a presentarse en un 3.5% de las personas de edad entre 85 a 89 años. 

Es importante mencionar que los síntomas de esta enfermedad se presentan primero en un lado del cuerpo y con el paso del tiempo llega afectar al lado contrario y se caracterizan por: 

  • Temblor en las manos, brazos, piernas, la mandíbula y la cara 
  • Rigidez en los brazos, las piernas y el tronco 
  • Lentitud de movimientos 
  • Problemas de equilibrio y coordinación. 

Así mismo conforme incrementan los síntomas, las personas que lo padecen pueden presentar problemas para caminar o hacer las labores de la vida cotidiana, así como llegar a presentar depresión, trastornos del sueño o dificultades para masticar, tragar y hablar, es importante mencionar que es una enfermedad para la cual no existe cura, pero se puede PREVENIR. 

Recientes estudios han mencionado una relación conocida como eje intestino-cerebro, se ha observado que en pacientes que padecen la enfermedad de Parkinson presentan alteraciones en las bacterias que residen en el sistema digestivo (microbiota), además de esto también se ha notado que existe otra relación conocida como intestino-músculo, lo que explica la presencia de sarcopenia (perdida de fuerza y masa muscular) en este tipo de pacientes, mostrando que existe una relación directa entre, enfermedad de Parkinson, sarcopenia y el número de bacterias benéficas (como ejemplo las lactobacillus y bifidobacterium) presentes en la flora intestinal. 

Se ha observado que las bacterias intestinales regulan los trastornos de movimiento muscular (esto en ratones), esto podría ser la razón por la que una alteración de la microbiota intestinal puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedad de Parkinson, y porque a mayor edad mayor riesgo de sufrir esta enfermedad ya que con el envejecimiento se produce una disbiosis intestinal (desequilibrio en el número de colonias microbianas), lo que afecta al sistema nervioso entérico y central. 

Mencionado lo anterior, se puede ver la importancia de mantener un estado óptimo de salud de la microbiota intestinal y una manera de hacer esto es mediante una adecuada alimentación, que brinde los nutrimentos necesarios que el cuerpo necesita, es importante consumir frutas, verduras, cereales de granos enteros (arroz, avena y maíz), pescados, lácteos, carnes magras, y mantener un adecuado nivel de actividad física. Esto permitirá restaurar o bien mantener la microbiota intestinal, disminuyendo el riesgo de llegar a padecer enfermedad de párkinson, además de que al realizar actividad física especialmente entrenamiento de fuerza, acorde a la edad (sentadillas, lagartijas, abdominales, etc.) se disminuye considerablemente el riesgo de padecer sarcopenia. 

Es importante mencionar que en adultos mayores existe una herramienta que permite la realización de ejercicio acorde a sus necesidades, dicha herramienta es conocida como vivifrail, sin embargo, la utilización de esta herramienta necesita de la ayuda de un profesional en el área para que este determine el nivel de sarcopenia y fragilidad del adulto mayor y en base a estos resultados se pueda adaptar un tipo específico de entrenamiento vivifrail.  

https://vivifrail.com/es/inicio/  

Por otra parte, se ha visto que el consumo excesivo de alimentos ricos en azúcares, grasas saturadas y ácidos grasos trans, por ejemplo, refrescos, galletas, manteca, frituras etc. además de que tienen un nivel bajo de fibra, se les relaciona con una alteración en la microbiota intestinal. 

Para terminar, se debe mencionar que para poder mantener una alimentación saludable y adecuada a tus necesidades es importante acudir con un especialista en nutrición. 

 

Bibliografía 

García, P. L. (2020). Diagnóstico y tratamiento médico de la enfermedad de Parkinson. Obtenido de medigraphic.com: https://www.medigraphic.com/pdfs/revcubneuro/cnn-2020/cnn201j.pdf

Mila, P. G. (2021). Relación entre microbiota intestinal y sarcopenia en pacientes con enfermedad de parkinson. Revisión. Obtenido de renc.es: https://www.renc.es/imagenes/auxiliar/files/RENC_2020_2_10._RENC-D-20-0033R.pdf

Pantoja, C. T. (2021). Alimentación, nutrición y microbiota: ¿qué ocurre con las personas mayores? Obtenido de scielo.iics.una.py: http://scielo.iics.una.py/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1816-89492021000100125

tenorio, C. (2017). Nutrición en la enfermedad de Parkinson. Obtenido de aulamedica.es: http://www.aulamedica.es/nutricionclinicamedicina/pdf/5052.pdf

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