Vinculación socialmente pertinente e innovadora

La Universidad Iberoamericana León, como institución de educación superior ha contado a través de los años, 44 para ser exactos, con funciones sustantivas que acompañan su misión. La vinculación es una de éstas y representa un rasgo característico de nuestra institución, porque en su esencia busca el encuentro con las y los otros para colaborar en conjunto.

Es un proceso organizado donde intervienen distintas áreas, la gestión, las relaciones públicas, la comunicación, la investigación, para poder lograr interrelaciones intencionadas y socialmente pertinentes con los diferentes sectores de la sociedad desde lo local, lo nacional e internacional. Las estrategias para lograr una vinculación pertinente se basan en identificar las necesidades de los contextos tanto universitarios como del entorno en el cual estamos inmersos; a través de acciones diversas, se ha consolidado una relación institucional en beneficio de la comunidad universitaria, así como de las personas y organizaciones que intervienen.

Los derechos de las personas están en el corazón de su identidad y de su ser

Las Naciones Unidas han declarado que “la educación y la formación en materia de derechos humanos producen cambios en la actitud y la conducta, y facilitan la adquisición de conocimientos y competencias que contribuyen a la prevención y la resolución de conflictos”.

La Compañía de Jesús a través de las universidades jesuitas históricamente ha impulsado la defensa de los derechos humanos y ha fomentado su conocimiento a través de sus programas educativos, favoreciendo de esta manera el desarrollo de una cultura a favor de los mismos, y formando seres humanos capaces de comprenderlos y promoverlos en todos los ámbitos para lograr una sociedad más justa y equitativa.

Ustedes son la sal de la tierra, la luz del mundo

Una de las imágenes evangélicas más sencillas, no por ello menos cautivadoras, sobre la identidad de las y los discípulos de Jesús es ser la “sal” que necesita la tierra y la “luz” que le hace falta al mundo: “Ustedes son la sal de la tierra… Ustedes son la luz del mundo” (Mt 5, 13-14). Más allá de una adhesión a una determinada tradición religiosa, como lo es el cristianismo, me parece que esta invitación es a toda persona que crea que los seres humanos estamos llamados a transformar nuestro entorno, con sus luces y sombras, de tal manera que podamos escribir y reescribir nuestra historia como humanidad en un planeta en donde la apertura de diversas posibilidades haga emerger la belleza de la creación haciendo de nuestra casa común un lugar más fraterno y habitable.

Gestión Sostenible para la Ibero León

De manera relativamente reciente en la literatura especializada, se ha utilizado el concepto de ADN organizacional para plantear que las organizaciones son seres vivientes y que incluso presentan características que definen una personalidad, y que al igual que estos, poseen contenido genético que las hacen únicas, en la práctica dicho concepto nos permite entender que existen particularidades de las instituciones que son irrepetibles en otras y de manera natural permean en su comunidad.
En el caso específico de la Ibero León, la personalidad que la hace única es muy clara, fundamentada en su filosofía educativa Jesuita, nos distinguimos como una institución de excelencia académica que se fija como misión contribuir a la construcción de una sociedad más justa, democrática y sostenible.

Fortalecemos la calidad y la excelencia académica en favor de la comunidad universitaria

A propósito del presente año que se encuentra en la recta final, me permito invitar a la reflexión sobre los diversos procesos de acreditación y reacreditación de programas académicos e institucionales de los que hemos sido parte como comunidad.

Antes del año 2017 eran contados los programas de licenciatura y posgrado que se habían sometido al escrutinio de organismos externos. Durante ese mismo año, la institución enfocó sus esfuerzos en ello y a cinco años, podemos hacer un análisis de los resultados.

Durante el 2022 se desarrollan 16 procesos de acreditación y reacreditación de programas y uno de la universidad en su conjunto. Dichos procesos se realizan a través de organismos como la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior, FIMPES, el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior a.c., (COPAES), Los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES) y La Education Quality Accreditation Agency (EQUAA), todos ellos dedicados al aseguramiento de la calidad educativa de las instituciones de educación superior.

Todos y todas somos IBERO

La organización de este evento tan significativo para nuestra institución tiene como principal motivación favorecer la integración de la comunidad universitaria, a través de espacios de convivencia y de actividades lúdicas para el encuentro y reencuentro.

Vivir en comunidad es don y tarea; un don porque si al colectivo le va bien al individuo le va bien, y tarea porque importa la contribución de cada uno y cada una para conseguir el bien común. Por otra parte, el vocablo comunidad comparte la misma raíz que comunión y comunicación; además, queremos dedicar un día exclusivo para recordarnos que no somos mónadas, sino parte de un cuerpo vivo, conformado por distintos rostros e historias personales, con necesidad de comunicar nuestros deseos y sueños, y por qué no, también nuestras inquietudes ante la vida.

Experiencias de la Jornada por la Paz con Justicia en México

Nuestra universidad, como parte del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), se unió con una serie de acciones a la Jornada por la Paz con Justicia en México. Comparto algunas mociones que estas actividades nos han suscitado.

En un contexto marcado por la creciente violencia, el asesinato de nuestros hermanos jesuitas, Javier Ávila y Joaquín Mora, ha despertado la conciencia de varias personas de la comunidad universitaria, así como el deseo de generar espacios de diálogo y encuentro que posibiliten el sentido de cuerpo, en donde cada persona es importante y suma en la construcción de la paz. En este sentido, reconocemos que todas y todos estamos llamados a seguir caminando juntas y juntos, aportando nuestras capacidades desde los diferentes ámbitos en los que nos movemos: académico, estudiantil, laboral, artístico, empresarial, gubernamental, etc., con miras a la construcción de acuerdos y procesos que incidan en la transformación de la crisis que actualmente pasamos como país.  

Libertad en el cristianismo

Estimada comunidad universitaria, en esta ocasión me dirijo a ustedes compartiendo unas breves reflexiones que tocan la pregunta por la libertad en el contexto del discernimiento. ¿Cómo se relaciona la libertad humana con la “voluntad divina”? ¿Se puede vivir libre ante Dios? Dichas preguntas implican una serie de factores a tener presentes. Primero, la relación existente entre la persona y Dios. Segundo, la libertad humana y la voluntad divina. Tercero, la imagen que tenemos sobre nosotros mismos como humanidad, y la de Dios como posible fundamento de ésta. Digamos una palabra a propósito de estas tres cuestiones, no con el fin de dar respuesta a las anteriores preguntas (muy probablemente, nuestras respuestas quedarán como esbozo o atisbo frente al misterio humano y divino que nos trasciende), sino para posibilitar, en la medida de lo posible, un mejor acercamiento introductorio a la temática que aquí nos ocupa: Libertad en el cristianismo.

El horizonte de la gratuidad

En esta ocasión me dirijo a ustedes, querida comunidad universitaria, compartiendo una reflexión de carácter teológica. Aprovecho este espacio para saludar, felicitar y agradecer a las y los docentes de nuestra universidad, quienes serán homenajeados este lunes 23 de mayo. Sin duda alguna, ellos y ellas, desde su noble labor contribuyen a educar en el horizonte de la gratuidad.

 

En nuestra propia historia hay una serie de representaciones que hemos aprendido sobre Dios: lo que es para nosotros y el sentido que le puede dar a un determinado grupo de seres humanos. No necesariamente el Dios manifestado en Jesucristo coincide con las imágenes que a lo largo de los años, y de nuestro crecimiento como personas, hemos introyectado. Sin embargo, por ahora no se trata propiamente de rastrear en las diferentes etapas de la vida la percepción que podemos tener sobre la divinidad (tarea que probablemente excede la intención de este breve texto), sino de dejarnos interpelar por lo acontecido en ese hombre, el galileo; en él reconocemos, desde la fe, al Hijo que nos ha dicho (Logos) quién es el Padre (Abbá), al mismo tiempo que nos ha mostrado lo que significa esa relación de filiación. Por tanto, la propuesta de este comunicado es invitar a gustar, con agradecimiento, al Dios de la gratuidad revelado en Jesús: “… El que me ve a mí, ve al Padre…” (Jn 14, 9).

¡Felices Pascuas de Resurrección!

Estimada comunidad universitaria, Felices Pascuas, que este tiempo de gracia renueve nuestra esperanza para seguir abriendo posibilidades de relación y comunión en la construcción de un mundo más humano. En esta ocasión comparto con ustedes algunas reflexiones que previamente he socializado en otros espacios, sobre lo que implica la experiencia del Crucificado-Resucitado, a la luz de lo que he denominado la locura de la cruz.

Pocos como Erasmo de Rotterdam han enaltecido o ponderado la “locura de la cruz”. Entre esas escasas voces, que sin duda son un preclaro antecedente del humanista holandés, situamos la figura de San Pablo, gran difusor del cristianismo, quien a propósito de locuras llegó a decir que el mensaje de Cristo crucificado “es escándalo para los judíos y locura para los paganos”, al mismo tiempo que se revela la “fuerza y sabiduría de Dios”, fuerza en lo que parece debilidad, sabiduría en lo que para los hombres es locura. Cómo podemos interpretar estas palabras a la luz de la obra Elogio de la locura, pero sobre todo desde la experiencia de las víctimas de la historia, concretamente en este México en donde impera la violencia, las desapariciones forzadas; múltiples lugares cooptados por el crimen organizado, quien termina sustituyendo, de manera peculiar, funciones del Estado como la impartición de justicia.